jueves, 13 de agosto de 2015

Ciudad soñada

Y será bella toda ella. Sus piedras, sus cantos de madera, sus puertas. El cielo sobre sus tejados. Los zapatos en su asfalto. Los suspiros de sus teléfonos. Los aburrimientos de las tardes de verano. Y yo espectadora observando. El carburante de los coches, la respiración de sus perros, las oloríferas mareas de su puerto. Poesía anidando en las casas de las golondrinas. Supervivientes de piel verde, altos e inmutables, succionando su reducido espacio en las aceras. Luchando. Y perezoso el movimiento de nubes pasando. Y yo espectadora escuchando. El ruido de las sonrisas ambulantes. El viento colándose en las catedrales. Parlantes risueños, sentados en la piedra de los bancos. Comida humeante. Y yo espectadora soñando expectante.