miércoles, 3 de junio de 2015

Caliza

Todo el mundo tiene una piedrecita con la que tropezarse de vez en cuando. A la que ven llegar de lejos. Mientras la ven acercarse con cada paso que dan, se dicen a sí mismos: "esta vez la rodeo". Y cuando llega el momento, en lugar de rodearla se topiezan con ella. A base de tropezarse uno se hace amigo de la piedra. Con el tiempo puedes incluso llegar a comprender por qué la piedra estaba ahí puesta en primer lugar.

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