domingo, 28 de febrero de 2016

El amor de película

Malditas películas de adolescentes. No, más específicamente. Malditas películas de adolescentes americanas. Mierdas pinchadas en palos en las que el mayor objetivo es salir con el tío guapo. Ah, perdón. No es solo las películas de adolescentes. Las películas románticas dan asco. Asco. Coño. No tengo saliva para hacer un discurso coherente sobre el asunto. Ni para discutir pros y contras, excepciones loables a la regla y sus antagonistas de la peor calidad. No tengo tiempo y no tengo ganas. Tampoco la calma necesaria para llevar a cabo esta tarea. Sólo diré que esta, la cultura de las masas, es la cultura que modela y corta a medida nuestro patrón de pensamiento. Mi patrón de pensamiento. Aunque no sea tu objetivo claro en la vida, porque ni si quiera sabes qué coño quieres, este patrón hace que busques sin cesar y sin poderlo evitar, el consabido, machacado, violento y estúpido amor de tu vida. En lugar de aprender a quererte, quieres algo que proyectas en otras personas, creyendo que ellas tienen algo que mereces que te den. Y así acabas. Con unas expectativas del tamaño de un castillo Disney. Tú creías en ello. Tantas películas, tanta música machacona hablando de lo mismo. Debía ser verdad. Debía haber alguien por ahí para el que habías nacido. Alguien por el que podrías darlo todo. Dejarlo todo. Porque solo esa persona llenaría el vacío de tu vida. Ese vacío que está ahí y te ataca por las noches antes de irte a dormir. Esa angustia existencial que automáticamente vuelcas en las "carencias" de tu pareja. Pues no, no es tu pareja. No es la pareja que no tienes, tampoco, si ese es tu caso. Eres tú, que estás como una puta cabra. Tú y yo, y todos los demás. Porque excepto unos cuantos afortunados de la vida, felices vocacionales, que aprendieron a conocerse a sí mismos y a disfrutar de la vida, los demás somos puro palabrerío y sonrisas plasticosas colgadas en facebook, para esconder la caca de vaca que apesta bajo nuestras alfombras.

Oh, después de soltar toda esta mierda, sólo puedo añadir que (del repertorio de películas adolescentes americanas que he visto, que no son tantas, pero sí suficientes) sí hay alguna que salvo. The Breakfast Club. Esa. Y la trilogía de Antes del amanecer, por realista. Acepto sugerencias para engrosar la lista, porque debe de haber alguna más. No puede ser que verdaderamente mi temor sea cierto y toda la industria se componga de mierdecillas pinchadas en palitos.

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