jueves, 28 de noviembre de 2013

Onomatopeyofantastidosio pédicoagulosísimiéstico

Lo siento. Se que suelo escribir cosas sin sentido: pido perdón al que tenga que leerme (como si fuese una obligación, ¡sal de aquí sucia rata!) porque aunque lo parezca este no es un blog para nadie. Es para mí, y por eso es casi ilegible y bastante aburrido, porque solo lo entiendo yo. Ya se que está aquí puesto, en internet, y no sólo en los archivos de mi disco duro... pero no nos desviemos (¡tendrás morro, si eres tú la que se desvía!). Calla, cabeza.

Soy demasiado inconstante como para escribir algo que merezca la pena leer. Soy demasiado disgregada como para centrarme en una sola cosa, en algún escrito con un mínimo de longitud. Algo que no sean más de las cuatro frases hiladas que se me han ocurrido de repente y que he sabido vomitar sobre mi teclado. En definitiva algo que alguien más que yo pueda entender. Y como sólo yo me entiendo, escribo para mí sola.

Escribo para mí, pero lo publico aquí. Y si es público, ya no es solo mío. Es de cualquiera. Se que aquí arriba no estoy a salvo. Ni de la opinión de los demás, ni de los ladrones de la propiedad intelectual, ni de los fisgones, ni de los acosadores, ni de los hackers, ni, ni, ni… ni si quiera de mi madre o mi padre, porque recuerdo haberles dado la dirección de este blog cuando publiqué por vez primera.

Pero me da igual, no hay nada aquí que merezca la pena robar. Ni si quiera la plantilla de la web tiene algo que ver conmigo, por mucho que me guste la cabecera. Publico cosas que podría haber publicado cualquier otro. Pero las publiqué yo. Divago. Opino. Respiro. A veces me pasa. Así que perdón si lo que aquí escribo te suena a chino, o si hay frases que tienes que leer dos veces. Si no me entiendes no es tu culpa, es que no me esmero demasiado. Sólo me expreso. También lo hago para calmar mis ganas de exhibirme un poquito, y en lugar de dejar los textos aparcados cogiendo polvo en mi ordenador… bueno, los subo aquí arriba, un lugar abstracto y peligroso, frente a un hipotético público que hipotéticamente me lee. No se quién eres. Pero si has llegado hasta aquí y has terminado de leer esto es probablemente porque te aburrías mucho y no porque yo sea entretenida. Felicidades, aquí está la meta y no hay premio. No creo que ni si quiera haya podido darte algo en lo que pensar. Así que te pido disculpas, otra vez.

Yo sí que he sacado una conclusión de todo esto,
y es que parece que soy adicta a pedir perdón,
con un perdón me presento y con otro me despido...

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