Adivina. ¡UOU! No puedo parar de
escribir. El grifo se ha abierto y fluye la lengua castellana,
crugiente en la boca, con sabor a almendras, con sus sílabas
chasqueantes y sus frases de pompa y rimbombeo. Creo que me he
inventado esa palabra.
Mañana hay clase. Mañana hay que
abrir el ordenador y teclear, clicar, disponer, desarrollar y rematar
realidades paralelas... pero aquí estoy yo. Como si mañana fuese
fiesta. Como si quedarse toda la noche en vela fuese buena idea.
Quizás sea buena idea. Un día sin dormir. Y mañana ¿Qué? Bueno.
Hay días así ¿No? Total, las ideas están un poco secas. No tengo
agua para ponerlas en remojo, por si acaso se pudieran hidratar. No
hay mucho que decir, aunque haya muchas cosas por hacer. A veces es
así ¿No? Días secos. Días repletos de cosas. Días que no se
acaban, o que no quieren pasar página. Pero si sigo despierta mañana
tendré un nudo en el pecho y me costará mirar a la pantalla. Son
las dos menos cinco minutos. Qué mas da ¿No? Hagamos que mañana es
fiesta. Saquen el champán y las banderas. Feliz dia atrasado de la
marmota, de la madre, del padre, del niño Jesús y de la santa madre
María de todos los pecadores. Feliz dia de los catolico adventistas
del séptimo día de tu *** madre. No. Eso no. Sin ofender a nadie.
No. Que no quiero ofender a nadie... en serio. Respeto para todos los
adventistas del séptimo día. Y para tu madre, y tu padre. Y para tu
marmota también. ¡Pero si ya son las dos en punto! Nada. A cagar, a
mandar, a mamarla, a joder al prógimo, a dormir... yo que se niña,
vete a hacer algo con tu vida...
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